martes, 8 de septiembre de 2009

Una pasión extrema


"Ni la muerte nos va a separar, desde el cielo te voy a alentar", reza uno de los cantos más populares de las hinchadas argentinas. Esas mismas que, con sus pegadizas melodías, pueden llegar a contagiar a todo un estadio e irritar hasta al más frío de los jugadores.
El hincha argentino puede ser el mejor aliado de los protagonistas cuando su equipo responde en la cancha, pero también puede ser más rival que el rival mismo cuando los resultados no llegan desde el campo de juego. Es entonces cuando el hincha saca a relucir su costado más oscuro y deja a la luz su irracionalidad, porque hay una realidad: el fútbol es el fútbol, un día podés estar en lo más alto y al otro estar peleando por no descender, pero lindo es saber que siempre hay REVANCHA.
Pero la pasión que tiene el hincha argentino no entiende de racionalidad, ni de la famosa frase "Necesitamos tiempo para que el equipo se conozca", tan usada por los directores técnicos. Estos mismos son los que más sufren el extremismo de los hinchas, que pueden llegar a amenazarlos de muerte por poner a un defensor en lugar de un delantero cuando su equipo va empatando.
La realidad es que el fútbol argentino es inigualable, siendo precisamente los hinchas los que hace que así sea. Por eso mismo es que ver un Ríver - Boca cotiza al mismo precio que presenciar un espectáculo de Plácido Domingo o un concierto de los Rolling Stones para los futboleros de otros países. Pero el balonpié de nuestras tierras es también inigualable por su violencia, porque muchas veces los cantos no quedan simplemente en pegadizos estribillos y se transforman en crudas realidades, convirtiendo a simples fanáticos en asesinos y a nuestro fútbol en uno de los más violentos del planeta.