viernes, 26 de junio de 2009

Puerta 12: la peor de las tragedias

Aquel 23 de junio de 1968 debió ser una fiesta. Las casi 90 mil personas que colmaron el Estadio Monumental así lo sentían. Pero todo pasó a ser anecdótico. El 0 a 0 que brindaron esa tarde Ríver y Boca, el gol que se perdió Norberto Madurga sobre la hora, el imponente marco de público, todo quedó en un segundo plano. Terminado el partido, 71 hinchas de Boca perdieron la vida al quedar encerrados en un mar de personas que intentaban salir por una sola puerta: la puerta 12.
Hoy, a 41 años de la mayor tragedia que haya padecido el fútbol argentino, pocas son las certezas y muchas las dudas sobre lo que sucedió verdaderamente aquella tarde.
Llaman la atención las contradicciones que existen entre los propios sobrevivientes de la catástrofe; hay quienes dicen que los portones metálicos de la salida estaban cerrados o semi cerrados, aunque también existen aquellos que afirman que los molinetes no habían sido retirados y que eso fue lo que entorpeció la salida de la parcialidad boquense.
Lo cierto es que, hasta el día de hoy, la Justicia argentina no ha encontrado culpable alguno y la causa fue cerrada un año después del hecho. Los únicos imputados que tuvo el hecho fueron el Intendente y el capataz de Ríver, aunque fueron sobreseídos por la Cámara de Apelaciones apenas cinco meses después de la tragedia. También se levantó el embargo de 200 millones de dólares que pesaba sobre el club de Nuñez y todo quedó en la nada.
Actualmente, aquella puerta 12 se llama puerta L, y sigue teniendo la precaria iluminación que tenía esa tarde. Esa tarde donde la fiesta deportiva tuvo un terrible epílogo. Esa tarde donde la sangre y la muerte le ganaron al fútbol.

martes, 23 de junio de 2009

Entre polleras y canilleras


Es difícil entenderlas. Cuesta comprender sus actitudes y preferencias. El hecho de formar parte de un mundo en el que los hombres son la gran mayoría hace que muchas veces sean tildadas de "bichos raros", pero a ellas poco les importa y siguen dando rienda suelta a una pasión poco frecuente entre las mujeres: jugar al fútbol.
Desde el momento en que una chica decide dejar las muñecas y el maquillaje para dedicarse únicamente a la pelota suele producirse un cambio también en su forma de ser y de relacionarse. Abundan las amistades masculinas y escasean las femeninas. Además, los propios padres ven frustrados sus deseos de tener la típica "princesita del cuento" como hija y censuran la posibilidad de que la chica prefiera ver Fútbol de Primera antes que una película romántica un domingo a la noche.
"(...) no como vos pedazo de bestia, machona de porquería, tendrías que haber sido varón vos, siempre lo dije", reza el final del cuento "Piel de Judas", de Juan José Panno, que relata las palabras de una madre que castiga a su hija con hirientes palabras, sólo porque juega al fútbol.
La realidad es que el fútbol femenino está cada vez más instalado en la población y los Campeonatos Mundiales siguen aumentando su número de participantes. Los "bichos raros", lentamente, están dejando de serlo. Quizás éste sea el primer paso para que la gente aprenda a tolerarlas, porque, aunque cueste entenderlo, "las chicas sólo quieren divertirse".

martes, 16 de junio de 2009

El desafío de la primera hoja en blanco


Allá por marzo de 2007, cuando comenzé la carrera de periodismo deportivo, eran más las dudas que las certezas. Más fuerte el miedo que la seguridad. El temor a no haber nacido para lo que estaba a punto de comenzar se hacía presente a cada rato y la incertidumbre acerca de lo que venía era sencillamente incontrolable.
Fue así como arribé a mi primera conferencia, un caluroso lunes por la mañana. Roberto Perfumo era el invitado, nada menos.
Terminada la misma, la consigna era simple: escribir una nota con todo lo que había pasado en la charla. Y así fue como me enfrenté a mi primera hoja en blanco, con todo lo que eso significa.
Llamativamente, me costó mucho menos de lo previsto escribirla, y hasta sentí que me quedé corto. Las palabras no paraban de brotar y el miedo previo se tranformó en un confortable alivio. Como quien de verdad está satisfecho. Mi primera hoja en blanco había sido escrita.

Esto es lo que salió, y aunque ahora le cambiaría demasiadas cosas, nunca va a dejar de ser mi primer nota periodística.

COMO TODOS LOS AÑOS, PERFUMO ABRIÓ LAS CLASES EN DEPORTEA

Roberto Perfumo, ex jugador de Ríver, Rácing, Cruzeiro de Brasil y la Selección Argentina, se hizo presente ayer en el Paseo La Plaza para dar comienzo a las clases de IPIDEP (Introducción al periodismo y a la información deportiva) que año tras año brinda DEPORTEA, escuela de periodismo deportivo.
El "Mariscal" (apodo que le puso el "Gordo" Muñoz en el Mundial de 1966) opinó sobre varios temas de actualidad. Consultado sobre el desempeño de su amigo, Alfio Basile, al frente de la Selección, dijo: "Es el tipo que más sabe de fútbol, es fantástico, le va a ir muy bien, a pesar de que está al frente de una tarea dificilísima."
En la charla, que duró poco más de una hora y media, también hubo tiempo para que Roberto se deshaga en elogios hacia Juan José Pizzuti, su técnico en Racing, "un revolucionaro del fútbol", según sus propias palabras y a quien le debe en gran parte su éxito como futbolista.
Promediando el encuentro, el "Mariscal" habló de cuentas pendientes en su carrera y sin duda no haber ganado un mundial fue la mayor de ellas, "ya que teníamos equipo para hacerlo."
"Muchachos, me tengo que ir, disculpen", deslizó Perfumo mientras se retiraba envuelto en una cortina de aplausos.
Y así fue que, una vez más, este emblema inauguró las clases de esta materia, "una suerte de cábala", según el director de la Escuela, Guillermo Blanco.

domingo, 14 de junio de 2009

Esto que soy

Nunca me creí más de lo que soy. Un hijo tranquilo, un hermano alegre, un buen amigo... podrían ser los adjetivos que mejor describen mi forma de ser. Aunque lo más honesto sería preguntarle a la gente que me conoce cómo me describiría, para no pecar de agrandado.
Pero el objetivo de este blog no es hablar de mí, ni mucho menos. Simplemente quiero plasmar y dar a conocer una de las cosas que más disfruto hacer en la vida: escribir. Algunos podrán preguntarse: ¿Y a mí que carajo me importa lo que escribe este flaco? Tienen razón, probablemente yo también lo pensaría. Pero es un riesgo que quiero correr.
Una de las estrofas (quizá la más conocida) del histórico himno a Domingo Faustino Sarmiento decía:

"Por ver grande a la Patria tu luchaste,
con la espada, con la pluma y la palabra."

Lejos estoy de pretender salvar la Patria y más lejos aún de intentar parecerme a Sarmiento, porque la espada no la sé usar y la palabra no es mi fuerte. No me queda otra opción que agarrar la pluma, y seguir haciendo lo que más disfruto.