jueves, 17 de diciembre de 2009

Llegar...

El hombre basa su existencia en plantearse objetivos. A largo, mediano o corto plazo, cada uno se pasa la vida persiguiendo una o más metas, como si alcanzarlas fuera sinónimo de felicidad plena. Hay quienes llegan a cumplirlas, hay quienes no, hay quienes creen que las cumplen y hay quienes no se dan cuenta que lo lograron.
La vida me encuentra actualmente en uno de esos momentos. Puede decirse que acabo de lograr el objetivo que vengo persiguiendo hace, fácil, 5 años (antes no era ni consciente de lo que quería para mi vida).
Lo cierto es que, a escasas horas de lograrlo, uno siente una mezcla de alivio y felicidad, con una gran dosis de miedo e incertidumbre. ¿Y ahora? ¿Soy plenamente feliz? ¿Me puedo morir tranquilo? La respuesta, obviamente, es no. Porque acabo de darme cuenta que uno llega a cumplir sus objetivos nada más que para tener uno nuevo para perseguir. Más largos, quizás. Más pretensiosos, también. Pero objetivos al fin. Y también uno se da cuenta que lo más importante no es llegar, sino saber mantenerse y poder disfrutar de eso que tanto se luchó para conseguir.
Con el alcance de un objetivo no se termina nada, al contrario, empieza la persecución de uno mucho más largo o complicado. En eso estoy, como todos en mayor o menor medida: buscando algún nuevo objetivo...

2 comentarios:

  1. no me equivoqué al titular la historia de tu vida: me gusta, me alegra, me emociona y me llena de orgullo darme cuenta que sos de verdad "un hombre feliz"
    Un abrazo!
    Marti

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  2. Tan lindo escribis..es que VOS sos lindo, y estoy tan orgullosa de vos, no te imaginas..y no dudo que vayas a cumplir todo lo que te propongas. Te amo!

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