viernes, 10 de julio de 2009

Entre la admiración y el odio


Con tal sólo quince años, José Luis Félix Chilavert González debutó en la Primera División del fútbol paraguayo, defendiendo los colores del Sportivo Luqueño, club del cual era hincha desde que nació.

Dueño de un físico privilegiado, ese "chiquilín" acaparó las miradas de propios y ajenos, sobresaliendo en cada presentación de su equipo.

Hoy, 29 años después de aquel debut, su realidad es completamente distinta: está excedido de peso, retirado del fútbol y dedicado a los negocios agrícolas. Sin embargo, sigue manteniendo la misma personalidad que lo llevó a ganar todo lo que se propuso en el fútbol: torneos argentinos, Copa Interamericana, Supercopa, Recopa, Libertadores e Intercontinental, jugando para el equipo que más lo representa, Vélez Sarsfield.

Fue en Vélez donde alcanzó la gloria que lo llevó a jugar en la selección de su país, con la cual disputó los Mundiales de 1998 y 2002. A la par de estos logros deportivos, el paraguayo cosechó varios "enemigos" en el ambiente, tanto por su avasallante forma de manejarse dentro de la cancha, como por sus filosas declaraciones fuera de la misma.

Como prueba de ello, en su debut en el fútbol argentino y jugando para San Lorenzo, Chilavert irritó al propio Claudio Marangoni diciéndole "algo" que el ex-jugador de Independiente nunca quiso revelar. Ese fue el primer enfrentamiento del arquero, quien eligió el camino de la confrontación para hacerse valer en la Argentina. "Yo siento que hay gente que no puede soportar que me vaya bien", fue una de sus frases de cabecera para justificar sus reiteradas peleas.

Oscar Ruggeri, Marcelo Gallardo y hasta Diego Maradona fueron algunos de sus "enemigos de turno", pero Chilavert siempre justificó sus declaraciones dentro de la cancha, ganando todo lo que jugaba y también convirtiéndose, con 62 goles, en el arquero con más tantos convertidos en la historia del fútbol, aunque después ese récord sería superado por el brasileño Rogerio Ceni.

En sus mejores tiempos, al paraguayo se lo escuchaba decir: "Soy el mejor del planeta, sin dudas, y no sólo lo digo lo digo yo sino que lo dice el mundo entero".

En 1996 fue considerado "Mejor Jugador de América" por el diario El País de Montevideo y, ese mismo año, la International Federation of Football and Statics (IHHFS) lo declaró como "El Mejor Arquero del Mundo".

Aparte de los clubes mencionados, Chilavert jugó en Guaraní, Zaragoza y Racing de Estrasburgo, aunque eligió volver a Argentina para retirarse en Vélez en 2004.

La conquista de la Copa Libertadores en 1994, donde fue decisivo en la última serie de penales en el Estadio Morumbí, la tarde que le convirtió dos goles (uno de tiro libre y uno de penal) a Navarro Montoya y el recordado gol al "Mono" Burgos desde más de 60 metros, son los momentos más recordados del paraguayo en Argentina, aunque esos momentos quedaron en el pasado para él. "Tuve una exitosa carrera como futbolista pero ahora me dedico a otra cosa, soy un empresario del campo", se lo escuchó declarar el año pasado en la televisión argentina.

Lo que pocos saben es que, detrás de la soberbia y de esa cara de pocos amigos, se esconde un lado humilde y bondadoso: "No aguanto más ver que los grandes monopolios se queden con las riquezas naturales y que la gente sea pobre y no tenga para comer", admite el paraguayo, quien desde hace muchos años brinda ayuda económica a fundaciones de chicos carenciados de su país.

Amado por unos, odiado por otros, el paraguayo es sin dudas uno de los mejores arqueros de la historia del fútbol mundial y quedará grabado para siempre en la memoria de todos aquellos que alguna vez lo vieron en acción.

1 comentario:

  1. Que lindo era el gooooooooo cuando iba a patear un tiro libre...

    Ni hablar si se transformaba en gooooooooooooolllll.

    Felicitaciones por el campeonato.

    Si querés un pulpo del campeón, yo te hago. Miralos en http://puntoperdido.blogspot.com/2009/07/velez-campeon.html

    Flavia (una de las tantas cuñadas de Marti)

    ResponderEliminar