jueves, 4 de marzo de 2010

Lo tenemos adentro

Y sí, cuando menos se lo esperaba, cuando pocos lo creían posible, cuando las esperanzas de hacer un buen papel en el Mundial se diluían cada vez más, apareció la victoria tan deseada, tan necesaria. A esta Selección le faltaba (entre varias otras cosas) un buen resultado ante una potencia mundial. Es por eso que aquella deliciosa habilitación de Di María y la posterior auto-pared y definición de Higuaín que silenciaron al majestuoso Allianz Arena sirvieron como agua helada para el desierto en el que estaba inmerso el equipo de Maradona.
Sumado a esto, más allá del resultado, el equipo mostró una identidad propia por primera vez en la era "Diez". La defensa estuvo en un gran nivel y ya no hay dudas de que los que defendieron ayer serán los mismos que arrancarán frente a Nigeria el 12 de junio. En el medio, Mascherano dejó de lado las imprecisiones que venía mostrando en los últimos partidos con la albiceleste y volvió a parecerse a aquel motorcito que hacía arder las palmas de los más exigentes hinchas de Ríver. Verón mostró el carácter que lo llevó a lo más alto de América con Estudiantes, jugando y haciendo jugar. Por las bandas estuvieron los puntos más altos del equipo: Jonás dio una nueva muestra de sacrificio marcando, corriendo a todo alemán que le pase cerca y desbordando cuando se lo permitieron. Di María se puso la pilcha de conductor y fue el más desequilibrante durante todo el partido y hasta estrelló un tiro en el travesaño en el primer tiempo, luego de una buena pared con Higuaín.
Quizás la cuenta pendiente que seguirá rondando en la cabeza de Diego a esta altura sean los delanteros, o mejor dicho, Lionel Messi. El rosarino volvió a mostrar un bajísimo nivel que ya preocupa no solo a los hinchas sino que también le quita el sueño al propio Maradona, aunque continúe asegurando que Lío mostrará todo su potencial en Sudáfrica. Los periodistas, hinchas, jugadores y cuerpo técnico así lo esperan.
Faltan 98 días para conocer la verdad, pero lo cierto es que, con esta actuación, Maradona volvió a sonreir y las esperanzas de los argentinos más pesimistas volvieron a aparecer. Será cuestión de esperar tranquilos, con la seguridad de que, por fín, tenemos un equipo en serio.











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