lunes, 17 de mayo de 2010

25 años no es nada


Habrá echado panza, tendrá menos pelo y seguramente ya no le saldrán esas exquisitas rabonas, pero Claudio Borghi demostró que su espiritú ganador se mantiene intacto. Como hace 25 años, cuando encabezó el equipo que le había dado la última gran alegría al pueblo de La Paternal, pero esta vez desde el banco, el Bichi fue la piedra fundamental para que Argentinos consiga el tercer título de su rica historia como institución.
No es casual que el ex delantero sea la primera referencia cuando se habla de este sorprendente equipo, ya que el Bichi fue quien se encargó de un equipo que estaba completamente caído y que había finalizado el torneo pasado en la última colocación. En cuanto a nombres, no hubo muchos cambios entre ese equipo que terminó último y éste que ayer gritó campeón. Y ahí está el mérito del entrenador. Borghi supo darse cuenta de los puntos flacos de su equipo y se reforzó como debía: trajo a Peric para suplantar a Torrico y calmó los nervios de la partida de Hauche convenciendo a Calderón de que no se retire y explotando al máximo el potencial de Pavlovich, Coria y Sosa, tres delanteros que nadaban en un mar de irregularidad y que tuvieron su punto máximo de explosión en este Clausura. Se apoyó también en Ortigoza, surgido de la envidiable cantera del Bicho y estandarte del mediocampo en cada una de las presentaciones del equipo de La Paternal, además de darle a Juan Mercier la confianza necesaria como para que aquel pelado intrascendente pase a ser hoy parte de la lista de 30 jugadores con posibilidades de viajar al Mundial de Sudáfrica. Pavada de mérito.
Por todo esto, y por contar sólo con tres jugadores con experiencia en vueltas olímpicas (Domínguez, Calderón y Raymonda), Borghi añadió ayer el título de motivador a su currículum. En boca de los propios jugadores, fue él quien intentaba convencer al plantel de que se podía llegar alto, de que este equipo tenía muchas similutudes con aquel legendario plantel del 85. Quién mejor que él para dar fe de ello.
Si bien su futuro es aún incierto y es muy probable que su horizonte esté bastante más allá de La Paternal (más cerca de La Boca que de otra cosa), Claudio Borghi escribió ayer otra página histórica en el club de sus amores, y le devolvió a la gente la alegría de festejar un título en casa.

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