viernes, 16 de abril de 2010

Acá estoy yo



Le costó más de lo esperado, es verdad. No jugó para nada bien, es cierto. También es real que el rival de turno fue un equipo apático, de mediocre para abajo, para el cual disputar la Copa ya fue todo un premio. Pero, ¿Quién le quita lo bailado a este Vélez? Volvió a convertir después de 476 minutos, se floreó ante su gente con cuatro goles que podrían haber sido ocho si los de Gareca se lo proponían, terminó primero en un grupo complicado, que compartió nada más ni nada menos que con el subcampeón Cruzeiro y con el siempre complicado Colo-Colo y alcanzó los octavos de final ganando los tres partidos en su casa, algo vital para esta competición.
Otra sonrisa para los fortineros fue la vuelta al gol del resistido Hernán Rodrigo López, que pasa del murmullo reprobatorio a la ovación desmedida en cuestión de segundos.
Mucho tendrá que trabajar Ricardo Gareca para que la defensa vuelva a tener el nivel que deslumbró en el Clausura 09, para que el mediocampo (excepto Zapata) vuelva a hacerse fuerte y tener esa mezcla de garra y juego tan característica del equipo de Liniers. Finalmente, el Tigre tendrá que recuperar soldados en la delantera y ver qué atacantes están mejor entre el frondoso menú que tiene entre sus filas (Silva, López, Martínez, Zárate, Caruso y Cristaldo).
Lo cierto es que, más allá de no haber recuperado su juego, Vélez consiguió el primer objetivo del año y con creces. El sueño de sus hinchas de conseguir su segunda Copa Libertadores en el año de su Centenario está más vigente que nunca. Que no los despierten...

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