lunes, 5 de abril de 2010

Destino incierto

Ahí sale Facundo Cabral, que volvió a la titularidad hace un par de fechas pero que mantiene el flojísimo nivel que le costó la misma.
Ahí se va Daniel Vega, que venía siendo el más parejito de un paupérrimo equipo, con la cabeza gacha sabiendo que podría haber retenido o tirado al corner la pelota del gol.
Ahí se va Matías Almeyda, viejo guerrero, con la sensación de que no puede hacer nada más para torcer la historia.
Ahí se van también Rogelio Funes Mori, Roberto Pereyra y Matías Affranchino, maldiciendo porque les tocó debutar y foguearse en uno de los peores momentos (sino el peor) de la institución de Ríver.
Allá se va el Keko Villalba, a quien le habían calzado la pilcha de crack, pero le quedó tan grande que se la sacó al instante.
Por allá se retira Matías Abelairas, eterno resistido por los hinchas, que nunca se despegó del mote de "buen pegador" para pasar al de "buen jugador".
También está ahí Juan Manuel Díaz, a quien la vida le sonreía hace escasos meses cuando jugaba en uno de los mejores equipos del país y era pieza clave de su funcionamiento. Hoy en día, es un 3 con mas errores que aciertos.
Ahí se van Hernán Díaz y Leonardo Astrada, nuevamente liderando a un equipo envuelto en silbidos, insultos y abucheos. Un equipo que no brinda absolutamente nada dentro del campo de juego. Equipo, bah...un grupo de jugadores que parece no entender la institución a la que están representando.
Ahí va Ríver. ¿Hacia dónde? Nadie lo sabe.

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