viernes, 16 de abril de 2010

El Rey siempre está


El título de Rey es uno de los pocos cargos de la Nobleza que es vitalicio, es decir que quien lo obtiene goza de él hasta el día de su muerte. Quizás esto explique la actuación de David Nalbandian esta semana en el Masters 1000 de Montecarlo, uno de los torneos más importantes del circuito sobre polvo de ladrillo. Porque David, a fuerza de buen juego y mucha voluntad, volvió a demostrar que está a la altura de los tenistas más importantes y que la grave lesión que sufrió en su cadera es cosa del pasado.
Si bien todavía pueden verse en su juego resabios de su lesión, el unquillense alcanzó los cuartos de final del torneo monegasco, donde cayó sin atenuantes por 6-2 y 6-3 nada menos que ante el nº2 del mundo, el serbio Novak Djokovic. En el camino, Nalbandian cosechó grandes actuaciones y una resonante victoria en octavos frente al español Tommy Robredo, un especialista en arcilla, a quien borró de la cancha por 6-3 y 6-4.
Lo cierto es que el Rey está de vuelta. Ya lo había demostrado en abril en tierras suecas, cuando en su primer contacto con una raqueta luego de la extensa recuperación, condujo al equipo argentino a una histórica victoria frente a los locales en un ambiente por demás hostil. Ahora, en su vuelta a los torneos grandes, Nalbandian demostró que está para pelearle a cualquiera. Con su actuación, subirá 25 puestos y a partir del lunes será el 125º del mundo. Cuidate Roger, el Rey viene marchando...

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