
¿Quién lo iba a decir? Este equipo ascendió hace un par de temporadas y lo único que hizo desde su arribo a la máxima categoría fue sorprender. Primero de la mano de Diego Cocca, que le dio una identidad de juego e impuso una forma de jugar que no abunda en el fútbol argentino y menos para un equipo de los de abajo. Desde ese momento, el Tomba comenzó a ser mirado de otra manera.
Ni hablar desde que llegó Omar Asad a la conducción técnica. Sin experiencia como entrenador de un plantel profesional (dirigió a las inferiores de Vélez), el Turco aceptó el desafío de comandar un equipo que necesitaba consolidarse en Primera nuevamente. Y vaya si cumplió el objetivo. Su conjunto es la sensación del Clausura y hace rato dejó de ser una revelación, para pasar a ser un serio candidato al título. Un equipo que juega, pone y tiene una actitud envidiable. Nadie es más que nadie y todos ponen por igual.
La manchita del día: la absurda pelea que protagonizaron el propio Asad y Caruso Lombardi, en la que se dijeron cosas fuertes e intercambiaron gestos ampulosos, algo que no debe dejarse pasar.
Muy bueno el titular. Te vas superando, pibe.
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