miércoles, 23 de junio de 2010

Como en Hollywood


La definición del Grupo C tuvo todos los condimentos que debe tener un final de película. Y, al mejor estilo Hollywood, la alegría fue toda para Estados Unidos, que estuvo a dos minutos de quedar afuera de octavos pero que alcanzó el gol al final y que a la alegría de haber pasado de ronda, le sumó la importancia de hacerlo como el mejor de su zona.
En el otro partido del grupo, Inglaterra recuperó algo de su juego y le alcanzó para derrotar a la pobre Eslovenia, que se quedó sin nada gracias al resagado gol de Donovan y se vuelve a casa con la bronca de haber estado a escasos segundos de hacer historia.
En Pretoria, Estados Unidos salía a la cancha con la necesidad de un triunfo ante Argelia, un equipo que había mostrado realmente poco en el torneo pero que, curiosamente, todavía mantenía chances de seguir en carrera. Así las cosas, los norteamericanos salieron decididos a comerse crudo a su rival, pero la falta de puntería, de suerte y de definición le imposibilitaron durante 91 minutos la chance de conseguir el ansiado tanto. El héroe de este film iba a ser, cuándo no, Landon Donovan, el eterno jugador que, luego de un rebote que dio el arquero argelino tras un disparo de Dempsey, empujó el balón y desató la algarabía de los del Norte, que hasta ese momento se estaban quedando afuera y que finalmente se alzaron con el primer puesto del grupo, para esperar en octavos al segundo del Grupo D (ojo, puede ser Alemania).
A kilómetros de allí, en Nelson Mandela Bay, Inglaterra ganaba gracias al gol de Defoe y comenzaba a festejar un primer puesto impensado hasta el momento, sobre todo por el pobrísimo rendimiento en las dos presentaciones anteriores (incluido un empate con Argelia).
Apenas finalizado el encuentro, cuando ambos equipos respiraban aliviados (los ingleses por el primer puesto y Eslovenia por el segundo), llegó el baldazo de agua fría para ambos. Un tal Landon Donovan sepultaba las esperanzas eslovenas de hacer historia y clasificarse por primera vez a octavos de un Mundial y la alegría inglesa por quedarse con un primer puesto más que sorpresivo.
Pero claro, como toda buena película de Hollywood, los que ganan son los buenos, o los menos malos. En este caso, los menos malos fueron los dirigidos por Bob Bradley, y los ingleses deberán rezar para que Alemania no le gane a Ghana y así evitar un posible choque contra los teutones en octavos.

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