jueves, 17 de junio de 2010

Grecia vive


La importancia y relevancia de la Antigua Grecia para el desarrollo de la humanidad es innegable. Cuna de la civilización occidental, la democracia y los Juegos Olímpicos, los griegos tienen, sin dudas, una de las historias más ricas en cuanto a leyendas y realidades.
Esta versión 2010 de la Selección griega de fútbol difícilmente quede en la historia como sus antepasados o como aquellos que consiguieron la hazaña de alzarse con la EuroCopa 2004, pero igualmente continúa alimentando la esperanza de seguir con vida en el Mundial de Sudáfrica. Cuando tenían todo para perder y estaban para el cachetazo, los de Otto Rehhagel dieron vuelta el partido ante Nigeria y consiguieron la primera victoria para su país en una Copa del Mundo. Además, se prendieron en la pelea y se mantienen con chances de alcanzar los octavos, aunque para entrar en la historia deberán vencer nada menos que a la Argentina de Maradona.
Tanto nigerianos como griegos salieron a la cancha sabiendo que una derrota los dejaría prácticamente fuera de la pelea, pero fueron los africanos los que contaron con los recursos como para aspirar a la victoria desde el arranque. La conjugación de velocidad y potencia fue la clave para que durante gran parte del primer tiempo haya un sólo equipo en la cancha. En este contexto, el gol de Kalu Uche le puso justicia al marcador y todo parecía encaminarse hacia una cómoda victoria nigeriana.
Sin embargo, el curso del partido cambiaría rotundamente a los 33 minutos, cuando una tonta agresión de Sami Kaita dejó a las Aguilas Verdes con un hombre menos y le dio vida a una Grecia que agonizaba. Para peor, el conjunto europeo alcanzó la igualdad con el tiempo cumplido y se fue al vestuario sabiendo que tenía todo para conseguir la victoria.
El comienzo del complemento mostró a ambos equipos decididos a atacar. Nigeria, con las armas de siempre y el orgullo herido. Grecia, con la ventaja de la superioridad numérica y las fichas puestas al juego aéreo. En ese frenesí, el arquero Enyeama, aquel que se cansó de atajarle pelotas a Messi, cometió su único error en la Copa: dio rebote ante un remate que tranquilamente podía capturar y le dejó servido el gol a Vassilius Torosidis, quien no perdonó.
Así las cosas, el final del partido dejó la puerta abierta a la ilusión helénica, sabiendo que una victoria y hasta un empate ante Argentina puede llegar a depositarlo en octavos. Por su parte, Nigeria perdió su segundo partido pero llamativamente, todavía tiene chances. Una victoria ante los coreanos y una derrota de su rival de hoy les daría el pasaje a la próxima fase.

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