domingo, 13 de junio de 2010

Está verde


Durante los días previos al debut mundialista, Fabio Capello se encargó de agigantar ante todo micrófono que se le pusiera adelante a su equipo. Que Inglaterra tiene uno de los mejores planteles, que se ve jugando la final, etcétera, etcétera. Sin embargo, en la cancha no se vieron los pingos. O mejor dicho, el pingo se lo comió el arquero Green, a quien se le escapo un tirito de Dempsey y terminó regalándole el empate a una Selección de Estados Unidos que nada había hecho para merecerlo.
Claro que, más allá de lo insólito del error del portero, sería algo injusto echarle toda la culpa al blooper. Lo cierto es que Inglaterra careció de potencia en todas las líneas y, a pesar de haberse puesto en ventaja a los tres minutos de juego, nunca supo a qué estaba jugando y varias de sus figuras estuvieron en nivel bajísimo. Ni Rooney, ni Gerrard ni Lampard tuvieron la suficiente grandeza como para llevar a su equipo a liquidar a un rival que parecía knock out.
Sin embargo, la poca decisión del equipo inglés a buscar el segundo gol le permitió a los norteamericanos ir en busca de un empate que parecía muy lejano ¿La fórmula? Landon Donovan, el interminable volante que fue el encargado de hacer preocupar, aunque sea un poquito, a el equipo de Capello. Sobre el final del primer tiempo vino el error de Green y los equipos se fueron al descanso en tablas.
Para el segundo tiempo, cuando todos esperaban una reacción de Inglaterra, nuevamente quedó demostrado que a este equipo inglés todavía le falta y mucho para considerarse una potencia. La desesperación por conseguir una victoria llevó al equipo a desordenarse y bombardear al arco defendido por Tim Howard a los ponchazos. Pero la mala puntería de los delanteros y la muy buena actuación del arquero estadounidense terminaron con las aspiraciones inglesas. Enfrente, un Estados Unidos al que el empate le sentaba de maravilla sólo atinó a defenderse y hasta pudo preocupar en el arco rival con algún que otro contraataque.
Desde el banco, un Capello desesperado mandó a la cancha al Marley inglés, Peter Crouch, pero el gigante sólo pudo bajar un par de centros en el área rival que no sirvieron absolutamente para nada.
Tendrá que trabajar Inglaterra. Tendrá que trabajar Capello. Porque el equipo que presentó anoche dista mucho de uno que realmente quiere aspirar a algo serio.

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